El senador nacional, Maximiliano Abad, cuestionó la las candidaturas testimoniales, manifestando que “cuando una persona se postula sin intención real de asumir el cargo, se está jugando con la voluntad popular. Se utiliza el prestigio o la imagen de un dirigente para atraer votos, sabiendo que será otra persona quien ocupará ese lugar”.
Acto seguido, consideró que: “Lo preocupante es que ya ni se oculta. Se presenta con naturalidad, como si fuera parte del juego. Pero no lo es. Es una trampa, y como toda trampa, tiene consecuencias”.
Abad alertó que estas maniobras deterioran el vínculo entre representantes y representados, alimentando el desencanto social con la política: “La trampa se institucionaliza y se vuelve costumbre. Eso daña lo más valioso que tiene una democracia: la confianza”.
Y por último, instó a todos los sectores políticos a recuperar el sentido ético de la política, como forma de restituir la credibilidad de las instituciones: “Si queremos recomponer el vínculo con la ciudadanía, debemos cumplir la palabra y honrar el compromiso con el pueblo. Si seguimos aceptando las candidaturas testimoniales, no solo vamos a tener peores representantes: vamos a tener menos democracia”.
