Por José Luis Ponsico (*)
Especial para Cazador de Noticias
La antigua leyenda de la política nacional indica que hace 70 años la sociedad se divide en peronismo y antiperonismo. ¿Será por eso?
Quizá desde la Constituyente del 49, primer gobierno del General Juan Domingo Perón 1946-55. Las diferencias se acentuaron 1955/56 con la llamada «Revolución Libertadora», generales Eduardo Lonardi, Pedro Aramburu y almirante Isaac Rojas, 1956-58. Esto, para empezar.
La última elección para Intendente de Gral. Pueyrredón dejó sabor agridulce en la lista que encabezó la diputada nacional Fernanda Raverta, Frente para la Victoria, ahora flamante titular de Acción Social en la provincia de Buenos Aires. El triunfo de Cambiemos a cargo de Guillermo Montenegro se expresó en apenas dos puntos y fracción. Hubo «bandera verde» pintando final de Turf.
Algo de antiguas diferencias, quizá Raverta, las diversas variantes del voto peronista, plus kirchnerista, convocó a buena parte del votante de la periferia marplatense. Distintos barrios donde la marginalidad y pobreza no la encarnaron ni Propuesta Republicana PRO ni alianza Cambiemos. Montenegro apoyado por María Eugenia Vidal obtuvo muchos votos concentrados en el «Casco» de la Ciudad
El combo del peronismo clásico expresado por Daniel Rodríguez PJ histórico apoyó a Néstor Kirchner en primavera de 2002, sumado al kirchnerismo de jóvenes, «La Cámpora», arañaron jefatura comunal. Municipio que vivió durante cuatro años desencanto del antiguo Director de Tránsito, Carlos Arroyo. Hombre de la docencia, enseñanza privada. Del 40% de votos 2015 cayó al 12% en 2019.
Mar del Plata tuvo tradición socialista antes del peronismo a fines de los 40. Revitalizada por el legendario Teodoro Bronzini. Alcanzó tres ciclos como intendente local. El «caudillo» socialista repitió en el 58 antiguos triunfos. Liderazgo que heredó Jorge Raúl Lombardo del Socialismo Democrático. Los tiempos de Unión Cívica Radical partida en dos.
Desde la Constituyente del 57, Tucumán, Ricardo Balbín expresó a la UCR del Pueblo y Arturo Frondizi la UCR Intransigente. En el Socialismo, la ruptura reconoció al Socialismo Democrático y al Socialismo Popular. En Mar del Plata, representado por el abogado laboralista,docente Adolfo Domiján. Los golpes militares dejaron huella.
El peronismo como tal pudo ganar en el 48 con el médico cirujano Juan José Pereda y en tiempos de otro médico en el orden nacional, Dr. Arturo Illia, bajo el eufemismo (peronista) de Unión Popular -peronismo proscripto- en el 65 con Eduardo Teisaire. Antes del 55 Teisaire había ocupado, siendo peronista, como comisionado, la jefatura comunal. Se lo recuerda por la llegada de los trolebús. El final de los tranvías en Mar del Plata.
Comisionados justicialistas en albores de los 50 hubo varios. Olegario Olazar, José María Carbusiero y José Cavallo, llegado al Poder local en el 54, elección complementaria, «volteado» por «la Libertadora» en setiembre del 55. En más de ocho décadas el socialismo gobernó con el legendario Teodoro Bronzini -«década infame» electo Intendente; varias veces, tiempos de Rufino Inda y de Juan Fava. Una Mar del Plata donde apenas el diez por ciento era población nativa.
El socialismo democrático mantuvo una tradición de «bastión político marplatense» con Jorge Raúl Lombardo, fines de los 50 hasta la dictadura del general Juan Carlos Onganía. Hombre fuerte del Ejército, golpe militar de junio del 66. Más tarde, como en el 55 con Celso Aldao, el régimen militar tuvo Interventores comunales. Desde Pedro Martí Garro, ex Coronel hasta el escribano Juan Carlos Gallotti.
En el 73 el país político viró hacia el «Operativo Retorno», del ex Presidente de la Nación entre el 46 y 55, el partido de Gral Pueyrredón sorprendió con voto socialista. La fórmula Cámpora-Solano Lima había ganado en casi todo el país. En Mar del Plata el histórico dirigente Dionisio Pereyra, preso político del Plan CONINTES (Conmoción Interna de Estado), gobierno de Arturo Frondizi, 1960 caía derrotado en «La Feliz».
Camada de abogados laboralistas Norberto Centeno, artífice de la Ley de Contrato de Trabajo 20.744, del 74, aún vigente, nacido en Corrientes, afincado en Mar del Plata, virtual representante de la mayoría de los sindicatos peronistas entre los 60 y 70; junto a su par Carlos Evaristo Menéndez. Ambos dirigentes, letrados peronistas, expresaron al peronismo «ortodoxo» marplatense.
No obstante, la Ciudad votó a Luis Nuncio Fabrizio, heredero de Bronzini y Lombardo en la jefatura Comunal. El 11 de marzo del 73. Por entonces, se decía, «Mar del Plata vive alejada de los movimientos obreros; carece de base industrial, crece la clase media y se aleja del peronismo clásico». Consignas que tienen 45 años. Fabrizio en el final de la dictadura militar (1976-83) designado «Normalizador».
El genocidio no fue obstáculo para que ganara Mario Russak en el 91. Siendo funcionario desde el 79 en Mar del Plata «del régimen». Por esa época ligado, nunca «oficialmente», al temido Ibérico Manuel Saint Jean, gobernador bonaerense «de facto» desde el 76. Mar del Plata por influjo de la Armada tuvo al almirante Emilio Menozzi, jefe municipal. Impulsado por otro temido, almirante Eduardo Emilio Massera.
Con la vuelta de la democracia el país giró hacia el alfonsinismo. Sin embargo, en Mar del Plata ganaba un dirigente radical cercano al mítico Ricardo Balbín. El recordado Angel Roig electo dos veces entre 1983, más tarde en el 87. En el camino quedó Gustavo Demarchi ex Fiscal Federal, tiempos de Isabel Perón. Demarchi ahora cumpliendo condena por delitos de «Lesa Humanidad», en medio de una polémica.
Antes y después del impacto de la llegada del Coronel Perón al Poder, Revolución del 4 de junio del 43, y tras el «Hongo de la historia» como calificó el periodista Roberto Gasparini al «Día de la Lealtad», 17 de octubre del 45, Mar del Plata no se expresó masivamente en torno a la impactante figura de uno de los hombres del siglo. Por Perón, lógicamente.
Las razones conocidas: una Ciudad de neta expresión turística. Un balneario atractivo por su geografía. Hermosas playas, la belleza de la Costa Atlántica. El Casino, la noche marplatense en verano. Los espectáculos teatrales, el fútbol veraniego, el «ocio» que hizo famoso al escritor (marxista) Juan José Sebreli a fines de los 60. Mucha clase media. Profesionales, comerciantes, gente «no ideologizada» dirían.
Todo eso, lejos de la llamada «lucha de clases», alza de los movimientos revolucionarios de los 60, luego concluyendo en la tragedia de los 70. Miles de muertos. Estudiantes universitarios que nunca habían tomado las armas. Secuestrados, asesinados, por sus ideas y la lucha de las organizaciones guerrilleras. Mar del Plata padeció dos centenares de jóvenes «desaparecidos».
Desde la vida industrial, la Pesca siempre resultó gran fuente de ingresos. En un esquema de grupos empresarios sólidos y perdurables.
Población pesquera «no masiva». El Puerto «niña no siempre bonita» de la pujante Ciudad de rascacielos imponentes. Un «casco» no adicto al peronismo como quedó expresado con el triunfo del ex rugbier Guillermo Montenegro. Hasta hace dos años, «desconocido» en «La Feliz».
Consultado por periodistas acreditados en Madrid, pudo ser 1970, Juan Perón brindaba la descripción sobre la sociedad argentina y su inclinación a la hora de votar. «Un 40% nos apoya; otro 40% está en la vereda de enfrente. El 20% restante va y viene», dijo el Líder. O se especula que lo dijo. En su última elección, partido de Gral. Pueyrredón el resultado no estuvo muy lejos de aquella afirmación.
