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La misteriosa muerte del "Manco de la Loma", el co-fundador de Mar del Plata que no fue...(Tercera y última entrega)

Por Roberto Latino Rodríguez

Periodista

En la víspera del 1º de mayo de 1949, Eliseo Agüero, el nieto del Manco de La Loma, emprendería exultante su último viaje a la Capital Federal, allí festejaría con los compañeros peronistas el Día de los Trabajadores y, al día siguiente, tendría otra audiencia con la Abanderada de los Humildes.

“-Miré, para que el General Perón tome alguna medida con respecto a un tema como este, hay que informarlo muy bien. En La Plata, yo tengo a una persona que es el compañero Vicente Derito, que va a tratar lo del juicio de reivindicación de las tierras, que pertenecieron a su abuelo, y todo eso, para pasárselo a Perón como corresponde. Usted venga a la plaza a pasar el 1º de mayo como todos los compañeros, gritando la vida por Perón, se queda acá y el 2, lo recibo yo. Seguramente, para entonces, voy disponer de la información, que necesito para pasársela al General”, le había dicho Evita, en la última audiencia.

En aquellos años, cada empresa de micros de larga distancia tenía su propia terminal, y aquel adolescente había acompañado a su padre a la estación terminal de Diagonal Pueyrredón, entre las calles Mitre e Hipólito Yrigoyen, desde donde la imagen de su padre abordando, por última vez, el micro de la empresa “El Cóndor”, quedaría gravada, indeleblemente, en su memoria y en sus retinas.

“Lo vi partir aquel día, con una alegría bárbara. Perón siempre contestó las cartas de papá, a través de su secretario privado, Juan Duarte; y Evita lo citó, directamente, a una audiencia, donde papá había llevado un plano, que había conseguido, a través de un contacto, en la Municipalidad. Con eso, su ponchito y su gorrita, se fue a ver a Evita, que tomó el asunto con mucho interés”, recuerda el actor y director de teatro marplatense, Domingo Agüero, hijo de Eliseo y bisnieto de “El Manco de La Loma”.

El fatídico 2 de mayo de 1949, Domingo tenía 16 años y se preparaba para ir al Colegio Nacional, donde cursaba el 3º año de educación secundaria, cuando llegó uno de sus tíos portando la infausta noticia.

Su hermana Irma, que, por entonces, tenía 26 años, y trabajaba, en la Capital Federal, como empleada doméstica con cama adentro para la familia de Mariano Grondona (padre), se había comunicado con su tío para avisarle que Eliseo había fallecido a la madrugada, y que regresaba a Mar del Plata en la ambulancia donde traían su cuerpo.

“Habían tenido algunos inconvenientes para sacarlo de la Capital, la Policía Federal al morir en un hotel le quería hacer la autopsia, y sí le hacían la autopsia Irma no lo podía traer. Mi hermana trabajaba como empleada doméstica con cama adentro en la casa de calle Arenales, donde residía la familia de Mariano Grondona, padre del periodista, que, por entonces, creo que era un joven seminarista. Irma se llevaba por los concejos que le daba su patrón”, refiere Domingo.

“-A Usted que le parece, Señor Grondona. Yo quiero llevar a mi padre a Mar del Plata, y no lo puedo sacar porque la policía, quiere hacerle una autopsia para saber de qué murió. Yo tengo un certificado, que me entregaron en el Sanatorio Anchorena, donde le sacaron una placa radiográfica y le diagnosticaron angina de pecho”.

Grondona le aconsejó a su empleada, que se calmara y le dijo que se ocuparía del asunto, e hizo una llamada telefónica, revalidando sus influencias.

“- Aquí hay una chica que trabaja para mí, y quiere sacar el cadáver de su padre, pero la Policía Federal no se lo deja sacar; a ver si podés hacer algo”, requirió a su interlocutor, quien, finalmente, allanó los inconvenientes.

La última cena en el restaurante “La Estancia”, Eliseo la había compartido con los amigos ocasionales, que había conocido en uno de los viajes a Capital Federal. La muerte, también, se había dado cita allí, escondida en el vino, que uno de los contertulios vertió en la copa de Eliseo…

Después de ochenta y tres años, la muerte que en la pulpería “La Caldera”, disfrazada con los atuendos de un pantagruélico almuerzo, se había llevado al “Manco de la Loma”, volvía, ahora, para llevarse a su nieto, que había osado desafiar a la familia Peralta Ramos, en connivencia con dos judas camuflados como gentiles caballeros, que compartieron aquella noche del 1º de mayo de 1949, la última cena de Eliseo Agüero, en el restaurante “La Estancia”.

“Papá decía que eran dos señores muy bien trajeados, y muy atentos…”, recuerda el bisnieto del “Manco de la Loma”.

“-Me han pedido que cada vez que vaya a Buenos Aires les haga saber, me han dado su teléfono, cuando yo voy me reciben con cordialidad, y me llevan a comer al restaurante “La Estancia”, ahí voy a escuchar folclore”, solía decirle Eliseo a su hijo.

Pero el hecho es que aquella noche, al regresar al hotel, se descompensó, una sensación de opresión en el pecho lo indujo a llevar su mano, instintivamente, al esternón, como buscando alivio, mientras lo invadía un sudor frío y sentía náuseas. Trastabilló y como pudo tomó el teléfono y llamó a su hija, Irma, quien acudió prestamente, y lo llevó al Sanatorio Anchorena, donde le diagnosticarían una angina de pecho. Sin embargo, a la luz de los hechos que acontecerían, Domingo Agüero reinterpretará aquella sintomatología presumiendo la muerte por envenamiento con cianuro de mercurio.

“Como podía andar, aunque con dificultad, mi hermana regresó con él al hotel. Cuando llegaron, se acostó, al poco tiempo, se puso como violeta, según Irma, y no hablo más, ni nada y ahí ya murió. Yo siempre viví con la idea de que había muerto de un infarto, pero, con el paso de los años, un día llega a la zapatería, que yo tenía, en la calle Santiago del Estero, entre Castelli y Alvarado, frente a lo que hoy es el Hospital Materno Infantil, un señor mayor, y me pregunta si yo era él hijo de Eliseo Agüero. Le dije que sí, y entonces me revela que papá había sido envenado con cianuro de mercurio, y que los amigos ocasionales de la Capital Federal, en realidad, no eran “dos señores muy atentos y cordiales” como decía mi padre sino dos comisarios retirados. Uno de ellos de apellido Bouchez, era hijo de un Juez de Paz, que debía a los Peralta Ramos su designación. Ambos habían sido contratados por Ricardo Peralta Ramos, el director del diario “La Razón”, y, obviamente, se habían relacionado con mi padre adrede para sonsacarle, con sutileza y astucia, información sobre la gestión que realizaba para reivindicar las tierras de su abuelo. Todo había sido premeditado. A raíz de esas gestiones que había efectuado mi padre, una de las primeras medidas que había impulsado Eva Perón, a través de la Provincia, fue impedir el loteo de tierras en el Bosque Peralta Ramos hasta que se esclareciera el asunto, abortando la operación inmobiliaria, que pretendían hacer los Peralta Ramos”, relata Domingo.

Arturo Peralta Ramos había heredado las tierras transmitidas sucesivamente desde su abuelo, Don Jacinto, que constituirían el Bosque de Peralta Ramos. A su muerte, acaecida en julio también del año 1949, sus cuatro hijos Arturo Jacinto; Héctor; Ricardo y Hernán, explotarían la propiedad heredada, a través de las sociedades ARPERA S.R.L y AUCA S.A., constituidas en 1949 y 1952, respectivamente.

En un principio, fueron destinadas a los cultivos de la zona. Posteriormente, a partir del año 1952, los herederos de Arturo emprenderían la forestación de esas tierras, que se convertirían en el Bosque de Peralta Ramos; y las dotarían de la infraestructura básica, para dar consecución al proyecto loteador de Don Patricio, el lar o pinate de la Dinastía de Especuladores Inmobiliarios por antonomasia.

El financiamiento de dicho emprendimiento requirió el loteo de otros activos como “Las Colinas de Peralta Ramos”, “El Pueblo de Peralta Ramos” y “Playa Serena”; y tras la caída del peronismo, el bosque se sumaría al proyecto loteador, cristalizando sucesivamente cuatro fraccionamientos en los años 1960, 1962, 1967 y 1968.

“La locura de hacer algo por las tierras de su abuelo Benigno – prosigue Domingo -, apareció en mi padre cuando estábamos viviendo en la calle Corrientes 2660, ahí empezó a ir a la Municipalidad en busca de información. Él militaba en el Partido Peronista, fundó la primera Unidad Básica que se llamaba “Por la Unidad”, porque el peronismo subió con el apoyo de dos partidos, el Laborista y la Unión Cívica Radical – Junta Renovadora, y comenzó a juntar a la gente que conocía, para responder a la cuestión de fundar un solo partido, que era el Partido Peronista; y como ahí, en el partido, tenía sus charlas con el escribano Redi, y otros compañeros, sobre la cuestión de las tierras, se despertó su interés por reivindicar esas tierras, que habían sido de su abuelo, él sabía que había sido manipulada la buena disposición de Barboza por la hija de Peralta Ramos, y que habían intentado hacer que escribiese una carta dirigida a Patricio Peralta Ramos, en la que se expresaría el deseo póstumo que las tierras le fuesen entregadas a su hija Cecilia.

“Papá aconsejado por el escribano Redi que le dice que eso no es legal en la Argentina, que no se puede desheredar a los hijos a menos que medie una causa muy grave, con todo ese argumento, la fue a ver a Evita. Y el hecho es que, con todas las argumentaciones que recogió ahí, en la Unidad Básica, y con las amistades que tenía, consiguió que Evita le diera una audiencia.

“La investigación, encomendada por Evita a Vicente Derito, confirma que había habido, efectivamente, un juicio por reivindicación de tierras, y que los Barboza lo habían perdido por incidentes, o sea que los Barboza, o mejor dicho los abogados de los Barboza no presentaron las pruebas de lo que sustentaban de lo que había hecho Peralta Ramos a término. Esto demuestra que el tema no fue por la cuestión de fondo, sino por el incidente, porque al no presentar las pruebas a término, le dieron por ganado el juicio a Peralta Ramos. Pero la cuestión de fondo subsistía, y no hubo apelación, por parte de los Barboza, porque los abogados se “entregaron”; habrán llegado a un “arreglo” con los abogados de Peralta Ramos para no apelar, o sea que, probablemente, hayan sido “comprados”.

“Barboza solo entendía del manejo de hacienda, y en eso había perdido la mano, por eso lo llamaban el “Manco de la Lomita”. Parece ser que, con el lazo en una tirada con un animal, el tipo hizo una fuerza mayor, que la que podía hacer y que tuvo una inflamación enorme y como, en aquella época, no iban a ver al médico, ni nada, eso avanzó y terminaron apuntándole la mano. No era un tipo de saber manejar sus relaciones con el Estado, solo sabía manejar hacienda, y también se manejaba bien con los indios y con las mujeres, porque de hecho tuvo muchos hijos naturales, a algunos, como a mi bisabuela, los reconoció; creo que reconoció a ocho o diez hijos.

“Pero Peralta Ramos era muy sagaz, estaba muy vinculado con los organismos de gobierno y con los políticos. Si bien no era político, cultivaba una buena relación con todos. Era muy ducho para manejar el tema de propiedades y de inscripción de propiedades. Había sido mazorquero, y al caer Rosas quedó, transitoriamente, mal ubicado, pero, rápidamente, la oligarquía se acomoda al gobierno que le sigue, y como muchos que eran rosistas después se hizo antirrosista. También estaba vinculado a la Masonería, de hecho, la casa de la Masonería, que está en la calle San Martín, entre Independencia y Salta, que se llama Ateneo Mitre, fue donada por Peralta Ramos, quien de acuerdo a como le convenía tener apoyos, también, hizo donaciones a la Iglesia, e inclusive a la Marina le donó cuatrocientas hectáreas, que formaban parte de las tierras que tenían en copropiedad con Barboza.

“Un familiar de mi primo Mariano Agüero, que trabajaba en la policía científica de la provincia de Santa Fe, en un momento dado, vino a verme con la intención de examinar los restos de mi padre, pero como yo creía que mi hermana los había cremado, no se pudo hacer nada. Luego, con el paso del tiempo, fortuitamente, me entero que Irma no lo había cremado. Así fue como un día se me ocurre preguntarle a mi sobrino José, hijo de mi hermana Irma, qué había pasado con los huesos de mi padre, y me respondió que ella los había puesto en una urna y que estaban en la bóveda de la familia Beresiarte. Pero, ahora, creo que ya no vale la pena volver sobre el tema”, reflexiona Domingo.

Finalmente, Domingo Agüero nos comenta que tras la muerte de su padre, Perón habría dispuesto una investigación, esclareciendo el hecho de que los comisarios retirados habían actuado por orden de Ricardo Peralta Ramos, el a la sazón Director del diario “La Razón”, y si bien el peso de la justicia no caería sobre los autores materiales y el autor intelectual, la información habría sido clave y disuasoria, en las negociaciones entre los Peralta Ramos y los representantes de Perón, para tomar el control del vespertino, aunque Peralta Ramos siguió al frente de la publicación como director.

Fuentes primarias consultadas:

Testimonios del historiador marplatense Roberto Coba; el Sr. Adrián Agüero (chozno de Benigno Barbosa, socio de Patricio Peralta Ramos); y el actor y director de teatro marplatense Domingo Agüero (bisnieto de Benigno Barboza).

Correspondencia transcripta en el libro copiador del Juzgado de Paz de Balcarce, durante el lapso comprendido del 22 de octubre de 1866 al 18 de enero de 1867, relacionados con el juicio de sucesión testamentaria de Benigno Barboza. A la misma tuvo acceso el autor de esta investigación periodística por gentileza del Sr. Adrián Agüero.

Efemérides - 19 de Febrero
1953Nace en La Plata, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner
Día de San Gabino
1473Nace el astrónomo, Nicolás Copérnico
1809Nombran como virrey a Baltasar Hidalgo de Cisneros
1852Las tropas del Gral. Urquiza entran en Buenos Aires
1878Thomas Alva Edison patenta el fonógrafo
1913Nace Amancio Williams, el arquitecto que realizó la Casa del Puente
1937Muere el escritor Horacio Quiroga
1948Hace su primer viaje el Tren de las Nubes
1951Fundación del Centro de Cazadores
1952Nace el actor, Daniel Miglioranza
1955Nace la actriz, Margaux Hemingway
1958Nace la coreógrafa y actriz, Reina Reech
1967Nace el actor, Benicio del Toro
1976Fuertes temblores en Guatemala ( 22.000 víctimas y daños por mil millones de dolares)
1981Confirman la transferencia de Diego Maradona, de Argentinos Juniors a Boca Juniors
1992Fuerte temporal de lluvia y viento afecta a Mar del Plata y se inunda el estadio José María Minella
1997Muere Deng Xiaoping, dirigente de China, autor del proceso de reformas y apertura al exterior
1999Muere el cantor y compositor, Carlos Acuña
2000Muere la actriz Amanda Ledesma
2010La IUPAC renombra al elemento 112 de la tabla periódica como copernicio en memoria de Nicolás Copérnico
2015Murió el periodista deportivo, Osvaldo Orcasitas. Uno de los impulsores junto a León Najnudel de la Liga Nacional de Básquetbol
2016Murió el escritor, Umberto Eco
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2019Falleció el diseñador alemán, Karl Lagerfeld
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2021Muere el periodista, locutor y presentador de televisión, Lionel Godoy
2021Murió por Covid en Mar del Plata, el abogado Gustavo Demarchi