Por Mario Mazzitelli
Dirigente del Partido Socialista Auténtico. Periodista y escritor
El 24 de octubre pasado se suscitó un escándalo en las altas esferas del gobierno nacional. Alguien denominó a las islas Malvinas con el nombre de “Falklands” (que es la denominación que usa el imperio británico para referirse a nuestras islas) Primero se supuso que había sido responsabilidad de la canciller Diana Mondino (asediada desde el comienzo de su gestión por intrigas palaciegas) Sin embargo ella fue categórica: “Es absolutamente falso que desde Cancillería haya salido un comunicado donde llamamos a nuestras islas Malvinas con otro nombre”. Los ojos se volcaron hacia el ministerio de Defensa a cargo de Luis Petri. Imposibilitado de sostener que no tenía nada que ver, asumió la responsabilidad con energía: “Queremos echar al responsable malnacido que cometió este acto malicioso”. ¿Quién habría cometido semejante acto de infame traición a la Patria y a nuestros muertos? Luis Petri fue categórico: “Esto se va a saber porque acá el que manipuló los datos dejó las huellas pegadas. El sistema registra quién ingresó y tuvo acceso a la modificación de la nota”. En el medio se dejó trascender que habría sido alguien de izquierda con la intención de dañar al gobierno. Carlos Rukauf se sumó a la parodia y dijo que “el gobierno está lleno de topos”. La verdad es sagrada. Si había un topo malicioso de izquierda dispuesto a menoscabar los intereses nacionales con tal de dañar al gobierno, queremos saber su nombre y que reciba la correspondiente sanción.
El misterio
En un ámbito tan pequeño, con tanta información, pudiendo seguir con facilidad el recorrido del mensaje hasta llegar a su origen, siendo tan poquitos los que pudieron elaborar el comunicado…en menos de 2 horas (120 minutos) todo debió quedar debidamente resuelto. Sin embargo ya pasaron 10 días y nada se dijo al respecto. Un enigma.
La única verdad es la realidad
Yo les voy a proporcionar algunos indicios para la investigación, con los insignificantes datos que poseo.
Sí, como dijo Carlos Rukauf, se trata de un “topo” tenemos un primer dato ¿En quién podemos pensar? Claro, en el presidente Milei. Sigamos. ¿Qué señales dio en torno de Malvinas? Veamos. Una semana antes (15/10/24) recibió al ex primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson. Con toda la admiración que el presidente ya manifestó por la primer ministro del Reino Unido, criminal de guerra Margaret Thatcher, invitó a Boris Johnson a que mirara la plaza de Mayo desde el mismo lugar en que Galtieri dijera: “si quieren venir, que vengan”. Boris Johnson podría repetir la frase del emperador romano Julio César: veni, vidi, vici (vino, vió y venció) Y, aunque no hizo flamear la bandera británica en el balcón (esa es una tarea para heroicos -pero ignotos- soldados al conquistar un sitio estratégico) su significativa presencia fue aún peor. Aconteció, en ése balcón de la Casa Rosada, uno de los actos más humillantes que jamás hayamos vivido los argentinos. Sin la correspondiente respuesta de las fuerzas nacionales.
El presidente de la República Argentina (que juró respetar la Constitución Nacional: La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía…constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino) dio una señal clara de súbdito, subordinado y vasallo de la Corona Británica. Semejante alineamiento no podía dejar de tener repercusión en las altas esferas del gobierno nacional. Sus subordinados actuaron en consecuencia, obedeciendo una señal explícita. Claramente el responsable es Milei.
Luis Petri dijo que: “Echaremos al responsable malnacido” y eso no se le dice al presidente. Pero eso sería lo de menos. Lo más grave es que desde su esfera de responsabilidad alguien le dio al enemigo un formidable argumento diplomático: “si hasta los argentinos reconocen que son Falklands y no Malvinas…”.
Si Luis Petri tuviera un átomo de dignidad y otro de patriotismo debería presentar su renuncia indeclinable éste lunes 4 de noviembre de 2024.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.