Por Jorge Núñez
Poeta y periodista. Ex Coordinador del Consejo Municipal de Cultura de Gral. Pueyrredon
El régimen libertario anunció un programa voluntario dirigido a personas de 18 a 24 años que no estudian ni trabajan (a quienes se llama “jóvenes ni-ni”), con la pretensión de “sacarlos de las calles y alejarlos del delito y la droga”, según el textual de la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
Este servicio cívico ya tuvo una experiencia con la misma protagonista en 2019, durante la fallida “revolución de la alegría” que encabezó Mauricio Macri, y que se desinfló como los globos amarillos que animaron su campaña presidencial. Fue en la etapa que él mismo definió como su “primer tiempo” (apelando a la ¿ingeniosa? analogía futbolística), que lo encuentra ahora en el descanso, y que no augura condiciones para jugar un “segundo tiempo” del partido perdiendo por goleada…
Pero Patricia Bullrich cambió de equipo y se matriculó rápidamente en la Escuela Austríaca de Economía de Carl Menger, en el pensamiento de Friedrich Hayek y en el anarcocapitalismo de Murray Rothbard, lo que le permitió volver a estar en un gabinete nacional de la mano del actual Presidente Javier Milei.
Entonces, ¿qué se puede esperar del relanzamiento del servicio cívico modelo 2025? Considerando que según datos del INDEC el porcentaje de jóvenes que ni estudia ni trabaja aumentó en el segundo trimestre de 2024 con respecto al mismo periodo de 2023 (12,09% vs. 11,65%), los indicadores de políticas que promuevan el empleo o estimulen la enseñanza están muy lejos de las prioridades impuestas por el gobierno. Aunque la Ministra de Seguridad publicó en su cuenta de X: “De la mano de la Gendarmería Nacional y en colaboración con el Ministerio de Capital Humano, (los jóvenes) recibirán herramientas y capacitación educativa y laboral… Una alternativa concreta para que puedan retomar sus estudios, acceder a un trabajo y construir un futuro con orden y oportunidades reales”, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) advierte en un informe al respecto: “Dado que la mayoría de los jóvenes que no estudian ni trabajan son mujeres que se dedican al cuidado, no parecería una política muy efectiva para intervenir en ese grupo”. Más específicamente señala que el 67 % son jóvenes que cuidan y que de ese porcentaje la enorme mayoría, el 95 %, son mujeres.
Para CIPPEC “En Argentina las adolescentes que tuvieron un hijo tienen menos probabilidades de terminar sus estudios secundarios, se ven más afectadas por el desempleo y permanecen más tiempo en el hogar dedicadas a tareas domésticas y de cuidados. Esos datos forman parte de la investigación “Consecuencias Socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en Argentina” presentada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia de la República Argentina (Plan ENIA)”.
Como tantos otros anuncios de Bullrich que son “puro humo”, éste parece uno más en la majamama inconsistente que atraviesa el relato mileista. Un país con jóvenes que ni trabajan ni estudian, con niños que ni comen ni beben leche, con ancianos que ni cobran jubilaciones ni pensiones que alcancen… agitan la bandera de “la libertad individual y la superación personal”, siguiendo ciegamente una de las máximas de Hayek “Personalmente prefiero una dictadura liberal a un gobierno democrático carente de liberalismo”.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.