Por Jorge Núñez
Poeta y periodista. Ex Coordinador del Consejo Municipal de Cultura de Gral. Pueyrredon
A lo largo de estos últimos 14 meses hemos advertido cómo el gran capital ya superó la economía de mercado por una plutocracia ultraconservadora, y disciplina a las sociedades a través del engaño, el miedo o la fuerza. El régimen que se autopercibe “libertario” declara que viene a destruir el Estado, que aborrece la justicia social y desprecia e insulta al sistema político. La violencia se naturaliza como “una forma de ser”. El límite entre la ética y el oportunismo es cada vez más difuso en un clima de época que parece contradecir la teoría de las generaciones de Ortega y Gasset.
Entonces, ¿qué esperan los sectores populares para decir basta? La oposición parlamentaria, las organizaciones sindicales, los productores nacionales, la economía solidaria, los medios de comunicación, el campo y la industria, tienen la urgencia de tomar la palabra para defender sus intereses, que en definitiva son los del conjunto de este país.
Si los gobiernos “progresistas” han sido criticados por no satisfacer completamente las demandas colectivas, es evidente que su reemplazo por gobiernos “regresistas” ha sido un equívoco mayúsculo, o como se dice vulgarmente, “darse un tiro en el pie”.
La “batalla cultural” que vocifera el Presidente Javier Milei pretende convertir nuestra subjetividad a su imagen y semejanza, es decir la del “individuo tirano” (utilizando el concepto del filósofo Éric Sadin: ese individuo es producto de “la sensación de haber sido engañado durante largo tiempo, el hecho de estar dotado de instrumentos que dan la impresión de que uno es menos tonto, al mismo tiempo que más activo, y la voluntad resuelta de no dejarse engañar más y de exigir –por las buenas o por las malas– cambios y resarcimientos, pudiendo llegar al punto de desertar de lo común”).
Esta neoirracionalidad que cobija racismo, fanatismo y fundamentalismo, no conoce (no sabe, no tiene memoria) de empatía o reciprocidad, y no reconoce esa sensibilidad en otros. Por eso es capaz de hacer y justificar lo que hace, como no entregar alimentos a quienes lo necesitan, sacarles remedios a los enfermos o dejar sin empleo a miles de trabajadores.
Ahora se abrió una ventana de oportunidad, en el marco de la Constitución Nacional y la democracia, para que el escándalo internacional de la criptomoneda Libra, promovida por el Presidente Javier Milei, sea la última aberración institucional del experimento anarco capitalista en la Argentina.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.
