Por César Ventimiglia
Presidente de Mirada Ciudadana (Asociación Civil)
Como es bien sabido la ciudad de Rosario sufre desde hace ya mucho tiempo las acechanzas del submundo del narcotráfico, generando un desafío a las instituciones democráticas que todavía no han logrado desterrar semejante flagelo.
Frente a esta realidad es imprescindible activar mecanismos que impidan que se replique en otras ciudades de nuestro país.
Nos lleva a expresar esta advertencia algunos indicadores que muestra Mar del Plata y que permiten trazar paralelismos con Rosario.
En los últimos tiempos se ha registrado un significativo aumento de homicidios en nuestra ciudad. Vale mencionar que sólo en el mes de enero se produjeron seis. Lo mismo ha ocurrido en Rosario y se destacan algunas coincidencias: los enfrentamientos se dan en barrios populares entre miembros de bandas narcos. En Rosario, los homicidios son superiores al promedio nacional y similares a los de Chihuaha (México).
En coincidencia con el auge del narcotráfico en Rosario se produjo un exponencial crecimiento del negocio inmobiliario con edificios lujosos a la vera del río Paraná, lo que ha generado controversias y cuestionamientos a la actuación de los concejales por la aprobación de llamativas excepciones a la normativa.
Un aspecto que implica un enigma es la falta de transparencia de la ruta del dinero que financia esas construcciones.
En definitiva y por la similitud del aumento de los homicidios -que inferimos se debe al aumento de la violencia narco- y por las inversiones millonarias en construcciones lujosas gestionadas a través de excepciones a la normativa municipal, es que nos generan intranquilidad.
Construcción de torres
La Procuraduría de la Narcocriminalidad (PROCUNAR) es un organismo nacional creado para hacer frente a la necesidad, por parte del Ministerio Público Fiscal, de diseñar una política criminal, una organización institucional y estrategias de intervención acordes con la gravedad, complejidad, magnitud y extensión de la narcocriminalidad.
Según el análisis de las causas judiciales realizadas por la PROCUNAR, “el narcotráfico generó otros delitos como el lavado de dinero dentro del sistema financiero y económico local, es decir, comenzó a haber más dinero en circulación, l proliferación de prestamistas, el juego clandestino, el blanqueo de capitales a través de la compra de lujosas mansiones, estancias y construcción de torres y barrios cerrados. También el soborno a autoridades políticas, judiciales y de fuerzas de seguridad”
Por lo expuestos sería atinado comprobar si el origen de los fondos de inversión proviene de fuentes legales. Así nos quedaríamos todos más tranquilos.
En nuestra ciudad debemos recordar el impacto del caso “Carbón blanco”, en 2021, que dejó al descubierto la construcción de tres edificios financiados por el narcotráfico, con escandalosas irregularidades en la construcción y violaciones al Código de Ordenamiento territorial (COT)
Nadie quiere una ciudad cooptada por el narcotráfico, como ya hay lamentables ejemplos en la Argentina.
La mejor seguridad
Los ejemplos mundiales que expresan los menores índices de criminalidad no provienen de los países con sistemas más represivos sino de aquellos que ponen su esfuerzo en la prevención y en la reinserción social de quienes delinquen.
A pesar de las evidencias que confirman esta afirmación suele ser difícil replicar esta mirada ya que la solución represiva es la convicción mayoritaria y porque es más fácil hablar de un homicidio que de una política de prevención sobre la que no puede opinarse porque sus éxitos no son hechos televisables.
El ejemplo de la Policía Local
Hubo en Mar del Plata una época que evidenció una baja de los índices de criminalidad. Usaremos para las estadísticas los homicidios dolosos ya que no tienen un subregistro de denuncias o “cifras negras” y es además el mayor indicador de violencia social.
En 2014 se registraron 74 homicidios; 73 en 2015; 41 en 2016; y 35 en 2017. ¿Qué ocurrió en 2016 y 2017 para que los homicidios dolosos se redujeron prácticamente a la mitad?
En esos años comenzó el funcionamiento a pleno de la policía de cercanía o de proximidad denominada Policía Local, una suerte de Policía Municipal entrenada y capacitada durante 2015 en la Escuela Municipal de Seguridad, que en la U.N.M.D.P. dictaba a los aspirantes asignaturas ligadas al específico conocimiento de la realidad local
Finalmente, por desavenencias entre el Intendente y la Gobernadora, la Policía Local se fue desactivando hasta prácticamente desaparecer.
Los pitufos
Recordamos que a los miembros de la Policía Local se los denominó simpáticamente como “los pitufos” por el color de su indumentaria.
Realizaban patrullaje inteligente en las zonas que el C.E.M.A.E.D. marcaba como de mayor peligrosidad, generalmente en grupos de tres y de a pié, lo que se denomina una policía de cercanía o proximidad.
La gestión de los caminantes, conversando con los vecinos, visitando las asociaciones vecinales de fomento e instituciones barriales resultó muy eficaz.
Significativamente, ante su ausencia, reaparecieron los altos indicadores de homicidios, con actuaciones reprochables de abuso de poder de la Policía de la Provincia que mellaron su credibilidad.
Ante la solidez de los datos, podemos inferir que esa suerte de Policía Municipal que fue la Policía Local, constituyó una experiencia exitosa en materia de seguridad ciudadana gozando de la simpatía de los vecinos.
El porqué de estas líneas
Como simples ciudadanos, solo nos cabe expresar nuestra preocupación. Esperamos que aquellos que están facultados legalmente investiguen despejando nuestras dudas y nos demuestren que estamos equivocados, o bien que descubran organizaciones de lavado de activos.
Ojalá que ello ocurra antes de que sea tarde, no sea que nos cocinemos lentamente, sin darnos cuenta, como la rana en la olla.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.
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