Guillermo Ferreira, gerente del grupo Giorno y miembro del Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (CEPA) realizó un fuerte planteo ante los legisladores que se congregaron en RCT para escuchar las voces de los principales protagonistas de la actividad del sector en Mar del Plata.

Allí, primero se presentó: “en CEPA somos armadores de todo tipo de barcos, fresqueros y congeladores. tenemos los frigoríficos más grandes de la ciudad, somos los empleadores más grandes del sector. Tenemos unas 2900 personas en relación de dependencia. Representamos el 30 por ciento de la actividad pesquera de merluza del puerto de Mar del Plata. Y en común con los demás sectores del puerto local, tenemos los mismos problemas”.

Luego, Ferreira explicó: “nuestros frigoríficos trabajan reprocesando pescado que es capturado y congelado por barcos congeladores. Con ese pescado, en tierra se elaboran productos de mayor valor agregado: envasados en porciones, empanados, etc. Esto hace que no tengamos la posibilidad de segregar a nuestros barcos congeladores y mandarlos a pescar a Ucrania . Es fácil decir que nos vayamos a pescar al sur del 48 con los congeladores. Pero eso quiere decir llanamente que no podemos pescar más en el caladero. Y uno no pesca en el paralelo 42, 44 o 60 en función de una asignación sino en función de la disponibilidad del recurso y las condiciones económicas”.

Al respecto, afirmó: “si tuviéramos que parar nuestros barcos congeladores y mantener la actividad solamente con los barcos fresqueros, aunque el porcentaje de la actividad fresquera en nuestras empresas es mayor que el porcentaje congelador, la compañía tendría seriamente comprometido su futuro”. Y completó: “en ese caso, les aseguro que nuestro equilibrio económico sufriría enormemente”.

“Por desgracia, el recurso que tenemoshoy es limitado, entonces cada uno está tratando de ver cómo zafa en particular y poco le interesa a costa de quién” disparó Ferreira, reavivando el fuego en la puja entre fresqueros y congeladores.

CONTEXTO DESFAVORABLE

De acuerdo con el planteo empresario, este oscuro panorama se está dando en un contexto poco favorable para la industria pesquera nacional, que va perdiendo competitividad aceleradamente.

“Hoy nos encontramos en una situación difícil en materia de costos internos y de mercados internacionales” aseguró a su turno Mariano Pérez, presidente de la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (CAIPA), quien alternó conceptos con el representante de CEPA.

Si bien Pérez reconoció que “la devaluación permitió - como a todas las actividades exportadoras - una posibilidad de desarrollo distinta a la de la década anterior”, e indicó que “ese beneficio se fue diluyendo y el margen de competitividad del sector fue mermando, mientras que la industria pesquera participa en los principales mercados mundiales que se han puesto cada vez más competitivos”.

Ferreira coincidió con Pérez: “las ventajas competitivas que supimos conseguir y que nos dieron gran impulso después de la crisis del 2001 se han ido perdiendo”.

“Hasta ahora hemos podido afrontar la situación por el crecimiento de los precios internacionales de los commodities (soja, trigo, girasol). Pero mientras que todos ellos siguieron un camino alocado hacia arriba, el pescado tuvo un crecimiento muy leve, lo cual plantea una posibilidad muy limitada de absorver los mayores costos internos. Esa es nuestra actual preocupación” - finalizó.

Gentileza de Luis Pennisi (Revista “Recursos”)