En tiempos críticos para los gobiernos municipales, de cuentas que aprietan y reclamos sociales que ocupan la escena diaria, la administración de Daniel Scioli ha destinado millones de pesos a subvencionar otro tipo de actividades, desarrolladas casi exclusivamente por instituciones y organizaciones del tercer sector.
El peregrinaje de los intendentes a la capital bonaerense es, sin duda, mucho más efectivo para el cúmulo de autoridades provinciales que para los propios fines municipales.
A cambio, los jefes comunales reciben, en el mejor de los casos, subsidios por montos que apenas duplican los destinados a actividades específicas y esporádicas desarrolladas por instituciones y ONG.
Y es que, en el último año, el gobernador Scioli utilizó gran parte de los recursos destinados a las asistencias para otorgar subsidios a la actividad deportiva, principalmente la futbolística, por sobre otras ramas de gobierno, como la asistencia social y la obra pública.
Sobresale, con fecha 10 de noviembre de 2008, el decreto 2.739, por el cual se efectivizó el subsidio de 1.800.000 pesos gestionados a partir del expediente 2164-1559/08 por la secretaría de Deportes -por entonces conducida por el actual mánager del Seleccionado, Carlos Salvador Bilardo- y cuya beneficiaria fue la Liga Marplatense de Fútbol.
En el texto del decreto firmado por el gobernador Daniel Scioli, al que tuvo acceso La Tecla, se destaca entre las razones para otorgar dicha suma que “habiendo llegado a la Etapa Final de los Juegos Deportivos Buenos Aires la Provincia, es menester coadyuvar al eficaz desarrollo de las distintas disciplinas deportivas mediante el otorgamiento de un subsidio”.
Resulta, cuanto menos, curioso comparar el monto del subsidio que recibió la Liga Marplatense en relación con los fondos totales enviados a los 134 municipios el año pasado a través de la secretaría de Deportes.
La Liga Marplatense es reconocida por su participación en la organización de los torneos de verano de la Primera división de fútbol, y saltó a las portadas de los diarios cuando su presidente, Jorge Bosco, intentó sellar el acuerdo con su íntimo amigo, el titular de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, para que la ciudad balnearia fuera una de las sedes de la Copa América 2011, aun-que sin éxito.
Bosco no es un hombre más dentro del fútbol. Tiene una fuerte ascendencia en el suculento negocio de los juegos de azar en la Provincia: gerencia los cuatro bingos que la española Codere explota en Mar del Plata.
Hay varios datos coincidentes: Codere es la misma empresa a la cual la Provincia le renovó la concesión del bingo de La Plata, hasta 2021, a sola firma, sin licitación previa de ningún tipo y con fallos judiciales en contra.
Teniendo en cuenta lo proclive que resulta el gobierno provincial a otorgar subsidios para la actividad deportiva, no es un dato menor el hecho que, hasta mediados de este año, distintas instituciones hayan realizado más de 200 pedidos de subsidios. Entre esas solicitudes se destaca la realizada por el Club Atlético River Plate, con fecha 27 de febrero, por medio del expediente 2206 -11314 /2009-0 -1.
La otra cara
La mayoría de los requerimientos de fondos provinieron de municipios, entre los que se destacan los pedidos de Chacabuco por 100.000 pesos, destinados al fortalecimiento de entradas productivas lo-cales en situación crítica; de Guaminí, por 11.970 pesos; de Carlos Casares, para el Parque Industrial; y de San Vicente, para la adquisición de maquinaria para la Planta de Valorización de Residuos Sólidos.
Observe los montos: casi 2 millones para una liga de fútbol y apenas 100.000 para la producción. Scioli siempre destaca que su gobierno invierte en la producción. Estos números marcan otra cosa.
La Liga de Mar del Plata podría haber obtenido fondos del bingo, ya que su presidente es gerenciador de Codere; sin embargo, la Provincia, con dinero de los contribuyentes, fue la que corrió en su auxilio.
Hay más cuestiones que no cierran: a ello deben sumarse las solicitudes de otras entidades, como el Centro Educativo para la Producción Total de Bragado, por 52.600 pesos; el Instituto de Desarrollo Empresario Bonaerense, sede Avellaneda, por 45.000 pesos; la Asociación de Confeccionistas de Indumentaria y Afines Mar del Plata, por 52.800 pesos; y el Distrito Industrial de la Maquinaria Agrícola (DIMA) del Oeste, por 24.000 pesos.
En definitiva, el mecanismo de los subsidios constituye un verdadero golazo, pero para quienes los reciben, en detrimento de los castigados municipios.