El huracán Irene, ahora una tormenta tropical, comenzó a alejarse de Estados Unidos a través de Nueva Inglaterra, dejando a su paso al menos 18 muertos y sobre todo importantes inundaciones que, tal como advirtió el presidente Barack Obama, se pueden seguir generando o creciendo en los próximos días.
Más allá del lamentable saldo de muertos, Irene golpeó mucho menos fuerte de lo que se había previsto, en parte por los eficaces preparativos de las autoridades y también porque su fuerza fue disminuyendo rápidamente, señala un cable de Ansa.
Irene pasó sin embargo con vientos de alrededor de 140 kilómetros por hora que provocaron importantes destrozos en Carolina del Norte, Virginia y Maryland, pesadas lluvias en la ciudad de Washington y un espectacular “cierre” de Nueva York, adonde el alcalde, Michael Bloomberg, ordenó que dejaran de funcionar todos los transportes, incluídos los autobuses y el “subway”.
La Gran Manzana en efecto se vio afectada por inundaciones, por lo que la decisión de Bloomberg se mostró acertada.
En una conferencia de prensa, el alcalde destacó que los vientos no provocaron daños en los puentes y anunció el levantamiento de las evacuaciones.
Satisfecho por los preparativos, Obama salió por la tarde a hablar desde el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca. El presidente comenzó por lamentar la pérdida de vidas, pero también felicitó públicamente a los servicios de seguridad a nivel federal, estadual y local.
Obama advirtió sobre todo a sus compatriotas que Irene sigue siendo “una tormenta peligrosa”, precisamente a causa de las fuertes lluvias y posibles nuevas inundaciones y desbordes.
“Esto todavía no terminó”, dijo Obama, quien reconoció que, al interior de su gobierno, “estamos preocupados por las inundaciones”.
En ese sentido, aseguró que se están “monitoreando de cerca” las aguas en la zona afectada por el paso de Irene y que “equipos de rescate está listos” para actuar ante cualquier desborde.
Numerosos alertas de inundación han sido en efecto difundidas en toda la costa este norteamericana por donde se sintió el recorrido del huracán, ahora tormenta.
Durante su mensaje, el presidente aprovechó además para destacar la buena preparación de los equipos de socorro y dijo que la asistencia a la población durante el paso del huracán representó “un excelente ejemplo de buen gobierno”.
Si bien el impacto material fue menor de lo esperado, Irene igualmente se cobró numerosas vidas. El sábado se conocieron los dramáticos casos de un niño de 11 años aplastado por un árbol que cayó sobre el techo de su casa en Newport News, en Virgina, adonde estaba refugiado con su madre.
También se reportó la muerte de un surfista que quiso aprovechar las enormes olas en Smyrna Beach y de una persona alcanzada por el fuego causado por cables derribados por Irene en Prospect, en Connecticut.
Hoy, por ejemplo, una mujer que había llamado a la policía pidiendo ayuda para salir de su casa, fue hallada horas después, muerta, dentro de su automóvil en el condado de Salem, en Nueva Jersey.
La mayoría de las víctimas mortales fueron reportadas desde Carolina del Norte y Virginia, pero también hubo fallecimientos a causa de Irene en Nueva Jersey, Nueva York, Connecticut, Florida, Pennsylvania y Maryland.
Según el último reporte del Centro Nacional para los Huracanes (NHC, por su sigla en inglés), el centro de Irene se encontraba en la región de Nueva Inglaterra, y a punto de dejar Estados Unidos para entrar al este de Canadá entre la noche del domingo y la mañana del lunes.