En una entrevista concedida a Vicente “Cholo” Ciano en LU6, la señora repasó lo sucedido hace poco más de un mes: “el día anterior a su desaparición, Fernando había estado con una escribana, haciendo la sucesión de nuestra casa”.

“Pasada la noche – agregó Sara - se levantó alrededor de las 8.30, se puso a tomar mate conmigo y me trajo los papeles relacionados con el trámite, para el cual me dio algunas indicaciones”. Y continuó: “después se fue, pero no se lo notaba nervioso ni intranquilo”.

A colación, en tanto, la mujer relató: “como no le encuentran la vuelta al asunto, nos vamos enterando de distintas cosas muy de a poco. Por caso, las cámaras de la facultad registraron su salida del ascensor a las 12.52; sabemos que se despidió de sus compañeros normalmente a las 14 y unos 50 minutos más tarde habló por celular en un radio cercano al mismo edificio”.

En idéntico sentido, informó: “ese dato da cuenta que no se fue de la zona, pero lo que se desconoce es a quién estaba esperando, con quién se encontró, sobre todo porque es probable que se haya ido con esa persona”. “Mi hijo – añadió – tiene 45 años, mide 1,82 y pesa 100 kilos, no es un chico como para que se lo hayan llevado tan fácilmente”.

Asimismo, Sara dijo: “todo es muy raro, más aún porque quienes lo saludaron, lo vieron irse para el lado de Peña, con lo cual da la sensación que vendría para casa, ya que nosotros estamos en Victoriano Montes y Matheu”.

“El tema – insistió – es que el morral, el saco y la documentación fueron encontrados a las 16 en la zona de los acantilados; es demasiado rápido”.

Consultada por la posibilidad de un suicidio, la madre de Lario señaló: “no creo que fuera capaz de tomar una determinación así, sobre todo porque, pese a estar separado, estaba muy pendiente de su hijo”.

De todos modos, reparó: “también descreo de que se haya ido desabrigado, con el frío que hacía, y sin plata… y ni loco se hubiera tirado al mar”.

En relación a la vida que llevaba el arquitecto, su progenitora aseveró: “se había separado de la madre de su hijo (12), con quien, de todos modos, no tenía problemas, y desde entonces se había venido a vivir conmigo, para acompañarme tras el fallecimiento de mi esposo”.

Y prosiguió: “dijeron que tenía deudas, que consumía drogas y muchas cosas más, pero lo que yo puedo decir es que no tomaba alcohol y que si fumaba cigarrillos, un vicio que había intentado dejar un montón de veces”. “Además – indicó – no faltaba a dormir y, si lo hacía, avisaba o me lo hacía saber con un gesto”.

“Tampoco tenía auto y sí contaba con una moto, pero no la ha podido usar jamás porque es importada y tenía dificultades por ese motivo”, confió Sara.

Poco después, respecto de su pareja, admitió: “Carmen no tenía mucho trato conmigo, pero sé que se seguían frecuentando luego de haber convivido más de tres años”.

Y, en relación a ella, amplió: “ante estas circunstancias, dijo que no había hecho la denuncia porque esperaba comunicarse con mis hijas, ya que yo no le respondí cuando me llamó por teléfono a las 21 en virtud de que Fernando no aparecía y le había dejado un curioso mensaje más temprano”.

“Yo no atiendo de noche, pero me llama muchísimo la atención su actitud, ya que si mi hijo le había dicho lo que le había dicho, ella tendría que haber venido a mi casa y tirarme la puerta abajo”, cuestionó.

Presuntamente, a través del sms en cuestión, Lario le había manifestado a su compañera que le dejaba los libros y que la música era para su hijo. Y habría completado: “perdóname, te quiero mucho pero la vida es una porquería”.

Sobre el mismo asunto, la entrevistada acotó que se enteró de la desaparición de su hijo el domingo, por la tarde, aunque admitió que había intentado comunicarse con él, sin suerte, el sábado, alrededor de las 18.

Luego, en torno a la investigación, Sara comentó que las declaraciones de la taxista que supuestamente lo habría levantado en inmediaciones de la facultad son contradictorias y dejan dudas. Asimismo, destacó que no conoce a Guillermo, un amigo de Buenos Aires, con quien aún no pudo hablar y de quien espera que la llame.

Y añadió: “estoy comunicada en forma permanente con la fiscal María Isabel Sánchez, pero hay cosas que no puedo seguir tan de cerca porque el dolor en las rodillas no me deja caminar y además me ha subido la presión”.

Sobre los rastrillajes, especificó: “tengo entendido que Prefectura buscó en el agua desde Necochea hasta Santa Clara del Mar o más allá, donde no encontraron nada, y también me aseguraron que, por caso, se ha indagado por tierra en la zona de Miramar”.

“Lo concreto – insistió – es que como todavía no hay certezas me gustaría que volvieran al lugar donde encontraron sus pertenencias y que además busquen en las cámaras de la estación de ómnibus de Retiro, en Capital, a ver si llegó en algún micro procedente de Mar del Plata”.

Por último, Sara expresó: “mi nieto está esperando que su papá vuelva y yo le pido a Dios que me ilumine y me ayude”. “Ojalá la prensa me llamara todos los días, pues estoy segura de que es la única forma de que la causa no se caiga”, consideró.