Fue en el marco de una causa que investiga los saqueos que se dieron en distintos puntos del país en diciembre de 2013, cuando se produjeron distintos acuartelamientos de la Policía y por sus dichos en las últimas horas, por los que se lo acusa de sedición e incitación a la violencia.

Al salir del edificio de Viamonte 2216, una hora después de su ingreso, dijo que “hubo preguntas que tenían que ver con mis declaraciones, a las cuales aporté mis desmentidas, que nunca las hice. Quedó claro, aportamos los audios y fundamentalmente lo que dijo la Presidenta, que fue lo que yo repetí. Y luego me preguntaron por el levantamiento de las fuerzas policiales pasados, los saqueos que hubo en Mar del Plata, pero todas cuestiones con las que no tengo que ver, porque desconozco los nombres que me dieron, algunos de Mar del Plata y también me cuestionaron sobre el sindicato que la policía está queriendo hacer, a quienes recibí hace muchos años”.

Según afirmó, “fueron todos dichos de algunos periodistas que me sindicaron “adicto al Gobierno” y le dieron manija. Me vincularon porque lo pidió el Jefe de Gabinete y algunos periodistas. Acá hay un fiscal federal que me citó y me puse a disposición. Es todo político, no hay otra cosa”.

“Cada vez que pasa algo la culpa es nuestra. Menos mal que ahora la culpa del dólar es de Obama…la incapacidad de este gobierno para gestionar, dialogar y gobernar es todo lo contraria a lo que debería, entonces echan culpas a obreros, sindicalistas, a los fondos buitres –que repudiamos- somos todos culpables menos ellos”, añadió.

Por último aseguró: “No creo que sea una persecución judicial. Toda la vida me ajusté a derecho. Una vez hubo un Juez que me quiso enjuiciar por un partido de fútbol y resultó que se fue denunciado. Hace rato que tratan de perseguirme, pero no pudieron. Menos ahora que tienen el boleto picado y se van. Espero que Cristina se confiese ante el Papa y que vuelva buena”, dijo sobre el final a los medios, en referencia al nuevo encuentro de la Presidenta con Francisco.