Este sábado con ocasión del bicentenario de la Independencia de nuestra patria, la Catedral de Los Santos Pedro y Cecilia, celebrará y dará gracias a Dios por este importante acontecimiento para la historia Argentina con un Te Deum.
El mismo será a las 10 de la mañana, presidido por monseñor Antonio Marino y con la participación de sacerdotes de la ciudad y se espera la asistencia de gran cantidad de fieles.
“ Daremos siempre gracias por el legado que nos dejaron nuestros mayores, miramos nuestro presente a la luz del Evangelio y trabajamos por una Argentina fraterna y solidaria, pacificada y reconciliada, condiciones capaces de crear una Nación para todos”, manifiesta la convocatoria desde la Iglesia de Mar del Plata.
“El Te Deum -A ti Dios- es un cántico de acción de gracias en el que se alaba y venera a Dios y se le ruega que venga en ayuda de sus siervos a quienes redimió con su preciosa sangre. En este Te Deum que organizamos en conjunto con la municipalidad, están invitados todos los ciudadanos de buena voluntad, habitantes de este suelo patrio, para dar gracias y expresar compromiso con el presente. Los cristianos celebramos el Bicentenario con todo el corazón, porque para nosotros la Patria es un regalo de Dios, un don de su amor que estamos llamados a cuidar y a desarrollar”, explicó el presbítero Walter Pereyra, canciller del obispado de Mar del Plata.
Consultado sobre la invitación desde el Iglesia en este bicentenario de la patria, el sacerdote remarcó “desde el primer gobierno patrio, se celebra el Te Deum todos los 25 de mayo, agradeciendo a Dios por el surgimiento del Estado Argentino que proclamaría su independencia formal en el año 1816. En su historia, la Iglesia siempre ha acompañado con su trabajo y oración el crecimiento de la Nación argentina promoviendo el desarrollo integral de sus habitantes”.
“Jesús en el Evangelio nos convoca a una vida compartida, a un compromiso por el bien de todos como ciudadanos de la única casa que es nuestra Patria. Vivir la Argentina como una gran familia, donde la fraternidad, la solidaridad y el bien común incluyan a todos. También el Señor nos regala este año, una beata, María Antonia de la Paz y Figueroa nacida en 1730 y un santo José Gabriel del Rosario Brochero nacido en 1840. Son ejemplos de que nuestra fe da fruto y no debe encerrarse sino que influye en la vida social y nacional. Con ellos queremos también queremos orar por nuestra Patria”, concluyó Pereyra.