El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, uno de los mayores colaboradores del jefe del Estado interino, Michel Temer, y principal impulsor del juicio político a la mandataria suspendida, Dilma Rousseff, renunció este jueves al cargo, del que estaba apartado en medio de una escalada de procesamientos por corrupción en su contra.
"Estoy pagando un precio alto por haberle dado curso al juicio político" de Rousseff, dijo Cunha al anunciar la dimisión, la cual implica un golpe para el apoyo parlamentario del gobierno de Temer pero también libra al Poder Ejecutivo de su mayor arquitecto político, que está procesado por varios delitos de sobornos en el escándalo Petrobras.
"Cunha es el comandante del juicio político", dijo ayer Rousseff al defenderse en el Senado en el juicio político que se le sigue por alteraciones presupuestarias en 2015, el argumento por el cual el Partido de los Trabajadores (PT) y la izquierda califican de "golpe" el impeachment.
El diputado de Río de Janeiro, que se hizo famoso por las compras millonarias de su esposa con origen en las cuentas en Suiza que intentó ocultar en 2015, es uno de los ejes de la crisis política brasileña.
Rousseff se negó a proteger a Cunha de las acusaciones de corrupción en una comisión de Diputados y el legislador, entonces, dio curso a un pedido de juicio político que fue abrazado por la oposición y luego embarcó en la estrategia al vicepresidente Temer.
Cunha estaba suspendido en el ejercicio de la presidencia de Diputados desde mayo pasado por el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema), que consideró que no podía ser el segundo hombre del país en la sucesión -detrás del vicepresidente en ejercicio Temer y con Rousseff suspendida- a raíz de que está procesado por negar cuentas en Suiza abastecidas por sobornos de contratos vinculados a obras públicas.
La renuncia llega para evitar que sus pares lo expulsen por falta de decoro, con lo cual, ahora, buscará negociar y quedarse en el cargo de diputado, con fueros.
Cunha es uno de los principales líderes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y desde que fue electo con los votos claves de legisladores ultraconservadores y religiosos como presidente de la Cámara de Diputados se convirtió en el primer opositor a Rousseff, junto al senador y ex candidato presidencial Aecio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Llorando, Cunha anunció en conferencia de prensa que dejará el cargo. Por un lado es la derrota de Temer, porque aquél es el hombre que más hizo por su llegada al poder, a causa de haber impulsado el juicio político a Rousseff, pero por otro lo alivia ante la opinión pública.
El abogado de Rousseff, José Eduardo Cardozo, dijo que la caída de Cunha "fortalece" a Dilma frente al juicio político en el Congreso, que deberá ser votado en un veredicto final probablemente a fines de agosto, después de los Juegos Olímpicos.
"Lo que Cunha dijo sobre su participación en el proceso de juicio político es emblemático en relación con lo que ocurre; vamos a juntar esta declaración de Cunha en el proceso, porque Cunha cometió desvío de poder, usó el cargo como chantaje y aprobó el impeachment", dijo Cardozo.
Cunha sostuvo en su discurso: "Sin dudas la autorización para el juicio político de un gobierno que era inoperante e involucrado en prácticas irregulares fue el gran acto de mi gestión, que mucho me enorgullece y jamás será olvidado".
El presidente del PT, Rui Falcao, dijo que hay continuar con el proceso para quitarle el mandato por falta de decoro a Cunha, procesado en dos causas por el STF, entre ellas esconder cuatro cuentas en Suiza para recibir supuestamente cinco millones de dólares de sobornos de una empresa que venció un contrato con la estatal Petrobras.
"Cunha es Temer y Temer es Cunha", dio el diputado Paulo Teixeira, del PT, quien dijo que trabajará para evitar que el gobierno interino logre un acuerdo para controlar la presidencia de la cámara baja.
Por otra parte, la Policía brasileña informó en un comunicado que está investigando a un banco panameño -cuyo nombre no fue revelado- que actuaba de manera clandestina en Brasil y que se sospecha que fue utilizado por personas relacionadas con el escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
Según la Policía, esa entidad financiera actuaba en Brasil sin autorización del Banco Central y se dedicaba a abrir y mover cuentas en territorio brasileño para permitir el flujo al exterior de dinero de origen dudoso.
"Es posible concluir que los recursos retirados ilícitamente de Petrobras pueden haber transitado por la institución financiera investigada", dijo en un comunicado la Policía, que sospecha que ese banco también está involucrado en el escándalo de los Panamá Papers.