Varios concejales de la oposición, en su momento, advirtieron que la capacidad operativa del predio de disposición final llegaría al límite de su vida útil entre los meses de marzo y abril, mientras que para el titular del Emsur, Sebastián D´Andrea, la proyección se extendería hasta junio, pese a que distintos estudios indican que colapsaría antes, sobre todo, con el advenimiento de una muy buena temporada estival en la ciudad, que implicaría una mayor generación de residuos sólidos urbanos.
D´Andrea había aseverado, también, que la construcción de un nuevo módulo demandaría noventa días en condiciones meteorológicas benignas, pero prácticamente el plazo estaría sobrepasado.
El Ejecutivo municipal dispuso en forma unilateral la suspensión de la licitación, pese a que la medida cautelar que no ordenó frenarla, sino que determinó la no aplicación del artículo del pliego cuestionado por el edil Alejandro Carrancio entre otros de direccionamiento hacia una empresa “amiga”.
Comienzan a encenderse las alarmas sobre un eventual colapso al no poder llegar con los tiempos a la construcción del otro módulo para extender la vida útil del predio de residuos, y a plantearse el interrogante: ¿Qué se va a ser con la basura sí no se llega con los tiempos a la construcción del módulo 2?.