El cierre repentino de una sucursal de Frávega en Temperley encendió nuevas alarmas en el sector minorista y abrió un fuerte conflicto laboral. La tienda ubicada en Pasco y Salta, en la Provincia de Buenos Aires, amaneció este martes con las persianas bajas y sin comunicación previa a sus trabajadores, quienes se enteraron de que fueron despedidos al presentarse a cumplir su jornada.
La sorpresa rápidamente derivó en una protesta espontánea en la vereda, acompañada por el Sindicato de Empleados de Comercio de Lomas de Zamora (CEC).
El gremio denunció un “brutal avance patronal” y exigió la reincorporación inmediata de todos los empleados despedidos. Rubén Crosta, secretario general del CEC, se presentó en el lugar y repudió el accionar de la empresa, al que calificó como “un acto de desprecio absoluto por quienes sostienen día a día el funcionamiento de la firma”. Para el dirigente, la decisión de la compañía representa un “atropello” que no puede quedar sin respuesta.














