Por Walter Anania
Ciudadano marplatense
De eso no tengo dudas. Y se sabe que se pueden hacer muchas cosas buenas o malas. Lo que no se puede es negar la problemática como se hizo desde los tiempos del kirchnerismo o dilatar la solución, como se viene haciendo en los últimos tiempos.
Lo importante es que se empiece a debatir un tema que no será de fácil resolución porque en si mismo tiene complejidades que podrían potenciarse con la ideologización del asunto.
Personalmente pienso que el camino para empezar a solucionar el problema es a través de un cambio rotundo en el régimen penal juvenil dotándolo de un rol absolutamente distinto al actual, en donde la baja de la edad de imputabilidad sea solo un punto más, dentro de un "Sistema" donde se priorice la educación y la probable inserción social. Y no es casual que hable de educar e insertar ya que la mayoría de esos menores jamás recibió educación (genuina, de la buena, en su casa) y nunca estuvieron insertados en la sociedad. Muchas veces fueron "lo que salió" de una familia de delincuentes y otras el producto del abandono a su suerte.
Para lograrlo, no alcanza con aprobar una ley. El Estado deberá garantizar la provisión de espacios de contención que no pueden ser ni parecidos a los actuales, ya que éstos son un monumento falso
También se deberá incluir en el tratamiento de la Ley, la responsabilidad de los padres, o mas bien la irresponsabilidad de ellos. Esto es obligarlos a "HACERSE CARGO" del cuidado que implica traer un hijo al mundo y que en el caso que no lo hiciere no le resultara gratuito.
Asimismo y fundamentalmente se deberá trabajar en la contención ya que los menores cuando son muy pequeños, no comienzan empuñando un arma pero si encargándose de roles activos dentro de la "organización familiar" y es ahí cuando se debe intervenir, ya sea mediante el seguimiento de cada caso conflictivo o bien, rescatándolos para protegerlos de su entorno, procediendo al objetivo de evitar que se transformen en un peligro para si mismos y para el resto de la sociedad.
OJALÁ EN ESTA OCASIÓN LOS LEGISLADORES ENTIENDAN QUE FRENTE A ESTE PROBLEMA NO SE PUEDE ESPERAR MAS PORQUE EL FUTURO NO ESPERA, Y YA TENEMOS UN TRISTE PRESENTE QUE ALGUNA VEZ FUE FUTURO.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.