Por Franco Bagnato
Candidato a senador por Cambiemos
Días atrás, una vecina en Mar del Plata me dijo que había definido su voto para octubre convencida de que hoy tenemos un presente que mejorará el futuro. Y agregó que para ella eso no es una promesa abstracta, porque está viendo hechos y a un equipo que le pone el cuerpo y el alma. Eso, para ella, hace más real la idea del cambio.
Sentí una enorme alegría al escuchar esas palabras, porque depositar esa ilusión en el corazón de Ernestina -ese es su nombre- y en el de tantas otras personas que hace años esperan soluciones, esperan que los escuchen y esperan vivir mejor, es la misión exacta que tenemos los que estamos sumándonos a esta transformación profunda de la Argentina.
La reflexión de Ernestina tiene implícita la idea de que lo que tenemos que discutir en nuestro país, y lo que se dirimirá en las urnas el próximo 22 de octubre, no es el pasado, sino el futuro de todos nosotros. Y, otra vez, cuando decimos futuro no hablamos de una promesa abstracta, hablamos de aquello que ya comenzó a construirse.
En el futuro que ya transitamos las mafias no tienen lugar, ni adentro ni afuera del Estado. A la droga se la destruye en operativos policiales, antes de que destruya a nuestros hijos. A la inseguridad se la combate con políticas públicas, y no se la niega ni se la esconde. A la policía se la cuida, porque ellos son los que nos cuidan a todos, y los que no están a la altura de esa responsabilidad no pueden formar parte de la fuerza.
Ese futuro que discutimos hoy estará hecho de obra pública terminada y puesta al servicio de cada habitante de este país. Obras que hoy caminamos, vemos en desarrollo, y nos sorprende cómo es que sí se puede. En cada timbreo escuchamos a vecinos que nos dicen, con estupor, que no entienden cómo se tardó 30, 40 años en hacer lo que ahora empieza a ser una realidad.
Por eso, definir el futuro no es sólo declamárlo. Es crear las condiciones para que pueda nacer. Tengo la sensación de que está cada vez más clara la diferencia entre los hechos y los relatos, y eso lo reafirmo en cada distrito que recorro. Hoy Mauricio y María Eugenia sienten esta enorme tarea que vienen desarrollando, son la garantía de la ilusión de Ernestina y de tantos otros.
Por eso, nuestro compromiso con ellos y con cada vecino no es discutir el pasado. Estamos acá porque el presente nos representa, nos involucra, nos infla el pecho, nos ilusiona porque vemos en él la Argentina que viene, imparable, a ser lo que siempre soñamos que sea. Eso está en juego en octubre: de eso hablamos cuando hablamos de futuro.
Aclaración: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.